Utilizado para cruzar la embocadura de la ría entre Portugalete y Las Arenas, este puente fue diseñado por el arquitecto Paz Martín Alberto de Palacio Elissagüe, en colaboración con el ingeniero francés Joseph Ferdinand Arnodin, el objetivo era cruzar de una orilla a la otra sin entorpecer el paso de las embarcaciones.
Fotografía de la maqueta construida por Salesianos DEUSTO
El tráfico marítimo de la época todavía utilizaba barcos con altas arboladuras que exigía una altura libre de cerca de 50 m. por encima de la marea alta. Esto se convertirá en el estándar de altura de plataforma para todos los puentes transbordadores.
La innovación a través de una ciencia que utiliza la mecánica y el metal los llevó a diseñar un puente colgante que permitiera que una góndola se deslizara en el aire para transporte de peatones, máquinas, equipos, coches y grandes vehículos. Está inscrito en la lista de Lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO por su “excepcional expresión de creatividad técnica” desde el 13 de julio de 2006.
En comparación con el ferry, el puente transbordador proporcionaba comodidad, velocidad, seguridad en la travesía, independencia de las mareas, la corriente, la niebla, el oleaje, el clima, etc. y con un atraque suave y un acceso y salida rápidos, pudiendo trabajar de noche con la misma facilidad y regularidad que durante el día.
El cruce de los 160 metros de amplitud que presenta la ría en este punto, de muelle a muelle, se realizaba en un minuto con 150 personas en la barquilla, hoy día se realiza en 90 segundos.
La población valora mucho su comodidad, amabilidad y rapidez, siendo un medio de transporte suave, fácil, eficiente, cómodo y silencioso.