Desmantelamiento

 

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La crisis de la industria siderúrgica y del sector de construcción naval a nivel europeo en la década de los ’80 del siglo XX, provocó el cierre de numerosas empresas directa e indirectamente relacionadas con estas industrias. Esto generó desempleo e inestabilidad económica en las zonas afectadas y la margen izquierda fue de las más castigadas. El desmantelamiento de la industria y la demolición de edificios icónicos es un proceso posterior que ha supuesto la destrucción de maquinaria, equipos, documentación y estructuras.

Las instalaciones de Altos Hornos de Vizcaya fueron desmanteladas durante la reestructuración siderúrgica a mediados de los años ’90. El Horno Alto nº1 apagado en 1995 es el único que ha quedado en pie. Era gemelo del Horno Alto nº 2, que fue vendido como chatarra. También se perdió el Horno Alto 2A, más conocido como el Mariángeles, que ArcelorMittal trasladó a Hazira, India.

La gestión adecuada de los restos de la actividad industrial es crucial para dar sentido a nuestra Historia. El desmantelamiento y la demolición generalizada del patrimonio, conlleva el olvido y la negación. Los restos de patrimonio industrial definen la identidad de las personas que trabajaron en las industrias y de sus familias. Es el escenario y los distintivos de un paisaje donde se daba una manera específica de vivir y de luchar por los derechos de la gente. Preservarlo muestra una actitud de respeto al mundo que nos hizo ser lo que somos.

Respetar el patrimonio industrial es una manera de dar valor a la cultura, a la memoria del trabajo y al conocimiento de toda una época. Es necesario el reconocimiento y la puesta en valor de los elementos más significativos de nuestro pasado más reciente, como un testimonio inequívoco de nuestra identidad social. Este es el elemento diferenciador, nuestro «aquí y ahora», frente a la uniformidad de un mundo global.

Este museo tiene el objetivo de dar a conocer nuestro pasado industrial y concienciar de la importancia de conservar este tipo de elementos patrimoniales en nuestro entorno para reforzar la identidad de las gentes que vivieron aquí y como factor de integración para las personas que vienen de otros lugares.

El vídeo es un derivado de la obra «No monuments» del artista Alberto Salcedo, editado por la cineasta Itxaso Díaz y pretende luchar contra la desmemoria, reivindicando nuestro pasado industrial.

Esta obra de creación se construye a partir del material inédito del Programa de Demolición de Ruinas Industriales desarrollado por el Departamento de Ordenación del territorio del Gobierno Vasco entre los años 1992 y 2013.

Mediante este programa se financió la demolición de 170 edificaciones industriales obsolescentes, entre las que se encontraban fábricas de la importancia histórica de Altos Hornos de Vizcaya, Babcock & Wilcox, Astilleros Euskalduna o Sefanitro. La demolición más reciente ha sido el desmantelamiento casi total de naves históricas de La Naval y de sus grúas.

El vídeo recopila los instantes preparatorios y de ejecución de algunas de estas demoliciones, así como los mensajes que a modo de mantra han ido calando en una sociedad amnésica de memoria industrial: «Demoler y limpiar todo», «Hay que cambiar radicalmente y pronto la imagen», «Más de 2.000 millones de pesetas en 2 años», «Demolición generalizada de instalaciones obsoletas», «Solo así se constatará la voluntad colectiva de renovación global»…

 

La obra nos interpela con la frase ¡Luchemos contra la desmemoria!

Desmantelamiento del aparato industrial. Obra de Itxaso Díaz y Alberto Salcedo. Rialia. Industria museoa
Desmantelamiento del aparato industrial. Obra de Itxaso Díaz y Alberto Salcedo. Rialia. Industria museoa