Caldera sistema Babcock & Wilcox, de tubos de agua inclinados en un ángulo de entre 10º y 15º para una mejor circulación de la misma, que se mantiene por corriente convectiva, lo que se conoce como de circulación natural, provista de recalentador y cargador mecánico. Estas calderas se construían con tubos de acero estirados sin soldadura.
El agua circulaba por el interior de los tubos, calentados externamente por el fuego. El combustible se quemaba dentro del horno, que estaba ubicado en la parte baja, creando gas caliente que hacía hervir el agua, se generaba el vapor y lo devolvían a la parte superior del tambor.
Los tubos inclinados, estaban unidos entre sí y comunicaban con un tambor horizontal de vapor y agua, y un depósito donde se eliminaban las impurezas, dispuesto en la parte posterior y más baja de la caldera. La caldera estaba provista de dos puertas de inspección y otros soportes como el indicador de agua, el manómetro y la válvula de seguridad.
Estas calderas de vapor acuotubulares estaban patentadas y eran los productos estrella de la empresa. En 1888 Edison escribió que su caldera Babcock & Wilcox era «la mejor caldera que Dios ha permitido que el hombre haga».